El foie gras tiene más de cuatro mil años de historia. Amado por primera vez por los faraones egipcios, llegó a Europa con los romanos y, a pesar de la activa controversia que rodea su producción, es uno de los principales delicatessen del mundo.
Y no es de extrañar, porque es taaaan delicioso. Hay diferentes opciones de cocción, pero yo prefiero un aperitivo frío. Es muy importante que el hígado esté entero y sin venas. Y luego sólo hay que elegir un acompañamiento de vino) Tradicionalmente, es vino blanco, pero el vino espumoso también es estupendo. Y de lo poco habitual: jerez. Sugiero degustarlo con jerez: la combinación de un hígado delicado con un jerez dulce, preferiblemente añejo, ¡simplemente eleva la experiencia gastronómica!