Un restaurante que llevaba mucho tiempo queriendo visitar. Dos chefs de los que oigo hablar todo el tiempo. ¡Y aquí estoy!
Empecemos por el ambiente. El interior es sobrio pero muy acogedor y moderno. Hay una cocina abierta, a la que no dudé en asomarme como de costumbre)) Y lo más importante, el equipo. El equipo de Palodú es todo atención, un servicio superior.
Mi siguiente "wow" fueron los vinos. Tomamos un set para que cada plato se complementara con el vino seleccionado para él. Y de nuevo, ¡10 sobre 10! Me sorprendió gratamente que los vinos no fueran afrutados y florales, sino con notas mucho más pesadas y maduras.
Y por último, los platos. La filosofía del restaurante es servir productos locales preservando al máximo el sabor. Os reiréis, pero todavía no puedo quitarme de la cabeza esos guisantes tiernos) Y este caldo con gambas blancas, oh Dios... Cada plato ampliaba mis horizontes.
Unas horas pasaron volando de forma inolvidable, llenos y un poco borrachos, incluso de la experiencia, agradecimos sinceramente a los creadores de este milagro.
No deje de planear su visita. Y volveremos)